01 Oct ¿Por qué Storytelling es tu ventaja competitiva?
Por Carmine Gallo | Forbes | Octubre, 2017
Richard Branson es emprendedor, multimillonario, aventurero y tomador de riesgos. También es un storyteller, que dejó en claro en mi conversación reciente sobre su nuevo libro, Finding My Virginity.
“Mi papá fue un gran storyteller”, dijo Branson. “En su generación y las generaciones anteriores a él, no tenían televisión, por lo que la gente se sentaba alrededor de una fogata escuchando mutuamente historias maravillosas. Esas historias se transmitieron”.
La fogata todavía juega un papel en el éxito de Branson. Branson dice que reúne a su equipo alrededor de una fogata en su casa en la isla Necker para intercambiar ideas. “El storytelling impulsa el cambio”, dice. Pero a Branson no solo le gusta contar una historia. Un narrador natural, Branson conoce una buena historia cuando la ve. En su nueva autobiografía, Branson escribe sobre sus éxitos y sus fracasos, sus triunfos y adversidades. “Si su vida es una larga historia de éxito, no será una buena lectura”, dice Branson.
En nuestra conversación, Branson me habló de un evento en 1985 que le enseñó la diferencia entre una historia promedio y una inspiradora. Para aumentar la publicidad de su nueva aerolínea, Virgin Atlantic, Branson intentó romper el récord de velocidad en un barco al otro lado del Atlántico. Después de tres días y medio en el agua, el barco se vio atrapado en una tormenta y encalló a doscientas millas de su destino. Branson y la tripulación fueron rescatados por un barco bananero en su camino a Jamaica. Branson lo intentó al siguiente año y rompió el récord. La publicidad ayudó a poner a la aerolínea de Branson en el mapa. La lección que aprendió Branson es que las personas se identifican con líderes y marcas que superan el límite, buscan aventura, intentan y fallan, pero se levantan para intentarlo nuevamente.
La neurociencia demuestra que Branson tiene razón. Hay una diferencia entre una historia y una buena historia que captura corazones y mentes. Los investigadores están descubriendo que nuestros cerebros aman las historias. Las historias desencadenan una liberación de sustancias químicas en nuestros cerebros, incluida la oxitocina (unión emocional), la dopamina (sentimientos placenteros) y el cortisol (atención). Pero las historias más efectivas son aquellas que tienen un arco dramático, donde el héroe debe superar un desafío, un revés o un fracaso. El héroe aprende una lección y sufre una transformación, convirtiéndose en una mejor persona.
La vida de Branson sigue un arco dramático. Abandonó la escuela a los dieciséis años, en parte debido a su lucha contra la dislexia. La condición, que dificulta la lectura y escritura, fue mal entendida en ese momento. Branson dijo que sus maestros lo trataron como una desventaja. Branson lo vio como una fortaleza, “una gran ventaja que me ayudó a pensar de manera creativa y lateral, y a ver soluciones donde otros vieron problemas”.
Cuando los empresarios le presentan una idea a Branson, él no quiere ver un PowerPoint; él quiere escuchar la historia del emprendedor. “No siempre estoy atrapado en los detalles de lo que una app en particular hará o no hará”, escribe Branson en Finding My Virginity. “Estoy más interesado en las personalidades detrás de las empresas y el propósito dentro de sus visiones. Felizmente invertiría en una empresa que termina optando para encontrar un joven emprendedor que vaya a cambiar el mundo”.
“Hoy, si quieres tener éxito como emprendedor, también debes ser un buen storyteller”, dice Branson. Agrega que el storytelling sirve poco “si su idea es difícil”. Pero en el mundo altamente competitivo de hoy, no es suficiente tener un buen producto. Es necesario despertar la emoción, una habilidad que Branson ha dominado en sus cincuenta años de carrera como empresario.
Fuente: www.forbes.com
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