Mantener la Calma en la Adversidad

Por José Manuel Villalobos, Design Thinker, Facilitador & Consultor en Efectividad Organizacional | Abril, 2020

Durante los últimos meses hemos sido bombardeados por infinidad de noticias. Algunas ciertas, otras falsas, pero todas ellas abordando un tema central: El Covid-19 y sus impactos a nivel sanitario, económico, político y social.

Paralelo a la propagación del coronavirus y la incertidumbre, nuestras vidas han sido secuestradas por la ansiedad y el miedo, dos estados mentales altamente contagiosos y peligrosos porque alteran nuestra fisiología, nuestro comportamiento, y nuestra relación con nosotros mismos y con los demás.

Ambas respuestas son válidas y naturales. Surgen como “mecanismo de defensa” al enfrentar situaciones difíciles como es el caso de esta pandemia global. Paradójicamente, cuanto más volcamos nuestra atención hacia el miedo y la angustia, más somos, ya que estas emociones generan altos niveles de cortisol, lo que debilita nuestro sistema inmune y nos hace más propensos a enfermedades.

“Las crisis no nos hacen, nuestras elecciones nos hacen. Y no controlamos nuestras condiciones, solo nuestras elecciones.” –John Maxwell

No podemos controlar la pandemia, pero sí podemos controlar cómo respondemos a ella. Dicho esto, la gran pregunta es: ¿Qué puedo hacer para transformar el miedo y la ansiedad, en calma y fortaleza para enfrentar esta situación de reto?

Recientemente tuve la oportunidad de estar en conferencia virtual con los Doctores Mario Alonso Puig, Fred Kofman y John Maxwell. Y quisiera compartir contigo algunos de mis aprendizajes esperando te ayuden a crear fortaleza emocional en estos tiempos:

1. Acepta la Realidad

Rebelarte ante la situación no ayuda en nada, al contrario, merma tu vitalidad, tu salud y tus recursos al llevarte a un plano de víctima e incapacidad. En su lugar, acepta la realidad, reconcíliate con ella. La aceptación no es resignación, porque te lleva no a la inacción dolorosa, sino a la acción propositiva, a la toma de responsabilidad, y a la consciencia de que eres plenamente capaz de responder a la adversidad.

La clave yace en enfocarte en aquello que sí puedes controlar. Por ejemplo, puedes mantenerte a salvo tomando las medidas de higiene y distanciamiento social, pero no puedes controlar si los demás hacen lo mismo, o si el gobierno toma las mejores medidas ante la contingencia. Pregúntate, ¿Qué cosas están en mi poder hacer?

2. Calma tu Mente

Quietud es poder. Al experimentar sentimientos negativos evita reaccionar. Ayuda a tu mente a desprenderse de ellos y centrarse mediante la reflexión. Una mente en calma te da una mayor consciencia, lucidez y claridad, tanto para gestionar mejor tus pensamientos, como para encontrar las mejores formas de avanzar como persona y como líder.

Ejercicios de respiración, meditación y mindfulness son grandes herramientas que puedes utilizar para calmar tu mente y centrarte en el momento presente; al identificar algún pensamiento angustiante, reconócelo y luego desafíalo. Pregúntate: ¿Qué me preocupa en este momento? ¿De qué tengo miedo? ¿Qué puedo hacer al respecto?

Meditar a consciencia es un excelente podcast que nos compartió Fred Kofman y que estoy seguro te será de gran ayuda para traer calma a tu mente.

3. Cuida tus Palabras

Dice Puig, “las palabras no se las lleva el viento. Las palabras crean profundas realidades”. Al usar palabras de tipo negativo y de forma continua, elicitamos emociones que modifican nuestra percepción de la realidad, así como nuestra bioquímica, haciéndonos sentir insuficientes ante el reto y más propensos a enfermedades.

Usa el reencuadre para dar un giro positivo a tu lenguaje y convertir la dificultad en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. Por ejemplo, en vez de decir “Estoy confinado en casa”, di “Este tiempo en casa será muy provechoso”; en vez de decir “Es una desgracia, ¿por qué a mí?”, di “¿Qué puedo aprender de esta situación?”.

4. Cuida de tu Cuerpo

Nuestro cuerpo posee una inteligencia somática que nos ofrece intuiciones y revelaciones que ni el intelecto puede darnos. Y aunque nuestro cerebro, corazón y músculos son importantes, dice Puig que nuestro tubo digestivo es clave para robustecer nuestro sistema inmune y mantener nuestro equilibrio mental, ya que el 80% de la serotonina que produce en nuestro cuerpo la calma y la felicidad, son producidas por nuestro sistema digestivo.

La nutrición, el ejercicio y el descanso son tus principales herramientas para cuidar de tu cuerpo. Nútrete con una dieta mediterránea baja en azúcares para favorecer tu tubo digestivo y mantener fuerte tu sistema inmune; ejercítate por al menos 30 minutos cinco días a la semana, esto hará que tu cerebro libere hormonas que potenciarán la eficiencia cerebral y reducirán tus niveles de ansiedad y depresión; finalmente, duerme entre 7 y 8 horas diarias, ya que esto ayudará a que tu sistema parasimpático entre en acción, incremente el nivel de efectividad de tu sistema inmune y facilite la reparación de nuestro cuerpo.

5. Alimenta tu Espíritu

Decía Jung que “el espíritu le da significado a nuestra vida, y la posibilidad de su más grande desarrollo”; además, mantener un espíritu fuerte crea en nosotros estados de ánimo positivos y una profunda sensación de bienestar.

Una gran forma de alimentar tu espíritu y reducir el miedo es a través de la práctica de la gratitud. Lleva un diario o dedica unos minutos cada mañana a agradecer al menos tres cosas por las cuales realmente estás agradecido. Otra forma es teniendo actos de bondad, ofreciendo ayuda a alguien que lo necesite. Explora desde la compasión y pregúntate, ¿qué puedo hacer para que esta persona tenga un mejor día hoy?

6. Mantén la Conexión con Otros

Distanciamiento social no es desconexión social. Todos necesitamos de la relación con otros para sentirnos plenos. Aunque el distanciamiento social limita nuestras formas típicas de interacción, podemos encontrar nuevas formas de crearlas.

Podemos por ejemplo utilizar las llamadas, las videollamadas o los juegos en línea para socializar y crear conexiones significativas con amigos y familiares. Pregúntate, ¿cuáles son algunas formas creativas en que puedo mantenerme conectado con los demás?

Finalmente, quiero invitarte a que caminemos juntos esta travesía, con compasión, autocuidado y solidaridad, abrazando la realidad y descubriendo el significado y valor que nos ofrece.