Liderando en Tiempos de Crisis

Por José Manuel Villalobos | Abril, 2020

Nuestra vida cambió súbitamente. La aparición del COVID-19, así como su rápida propagación ha alterado nuestra dinámica social y organizacional.

Dada su escala y alcance a nivel global, gobiernos y organizaciones han declarado estado de emergencia y promueven el distanciamiento social como medida para reducir la curva de contagio. Por ello, hoy el home office es nuestra nueva realidad. Una realidad que trae aparejados nuevos retos tanto para las personas, como para las organizaciones.

¿Cómo pueden las organizaciones afrontar este cambio repentino? ¿Qué pueden hacer para mantener a las personas unidas, comprometidas, enfocadas y seguras?

La respuesta se resume en una palabra: liderazgo, pues es justo en tiempos de crisis e incertidumbre, cuando el liderazgo se vuelve aún más crucial.

Ante un entorno con serias implicaciones económicas, políticas y sociales como el que vivimos, es normal experimentar nerviosismo, ansiedad, inseguridad, miedo. Y es en estas situaciones cuando las personas voltean a ver a sus líderes en busca de esperanza, certeza, dirección y apoyo.

“El liderazgo no se trata de estar al mando, es cuidar de las personas a tu cargo.” –Simon Sinek

¿Cómo puedo ser un mejor líder en tiempos de crisis?

La clave está en hacer de las personas tu prioridad. Tus decisiones y acciones deben estar centradas y pensadas en ellas. En el caso del coronavirus, esto significa que tu prioridad no es asegurar la rentabilidad del negocio, sino mantener a la gente a salvo.

Cuando las personas perciban en ti un liderazgo más humano, empático y auténtico, estarás en una mejor posición para guiarlos y ayudarles a salir fortalecidos de la crisis, transformando los retos en oportunidades, y las debilidades en fortalezas.

¿Qué puedo hacer como líder para ayudar a las personas a navegar de la mejor manera esta crisis?

A continuación te comparto dos enfoques, así como una serie de ideas para agregar valor a tu equipo y acompañarle durante esta travesía que enfrentamos.

ENFOQUE 1: LIDÉRATE A TI MISMO

Antes que líder, eres persona, y al igual que aquellos a quienes lideras tu también experimentas preocupaciones, tensiones y miedos. Por lo que antes de ayudar y liderar a otros, debes liderarte a ti mismo.

¿Cómo hacerlo?

  • Toma consciencia de ti y reconoce tus inquietudes. Dedica unos minutos a la reflexión y pregúntate: ¿qué me preocupa? ¿qué estoy sintiendo? ¿qué puedo hacer para conectar con mi fuerza interior y elicitar la esperanza?
  • Sé flexible y adáptate al cambio. La crisis trae consigo incertidumbre y cambio. Para desarrollar tu capacidad de adaptación, pregúntate: ¿a qué me estoy aferrando? ¿qué necesito soltar para avanzar y navegar con éxito en esta nueva realidad? ¿por dónde empiezo?
  • Aprende constantemente. Cuanto más sepas sobre lo que está pasando dentro y fuera de la organización, mayor será tu entendimiento de la situación y por tanto mayor será tu capacidad para guiar a tu equipo: ¿qué está pasando? ¿qué nuevas medidas deben ser tomadas? ¿qué necesito aprender para guiar mejor a mi equipo?

ENFOQUE 2: LIDERA A TU EQUIPO

Ante la situación actual, algunos experimentarán desánimo, otros frustración por el reto que implica la nueva forma de trabajo, y algunos más experimentarán depresión a causa del aislamiento; tu rol como líder es ayudar a tu equipo a navegar a través la crisis.

¿Cómo hacerlo?

  • Infunde ánimo y esperanza. Contrarresta el pesimismo con mensajes positivos de aliento e historias que permitan al equipo reconectar con su potencial; usa el juego remoto como herramienta de distensión, diálogo y aprendizaje; estimula la energía positiva creando interacciones positivas; anima al equipo a encontrar juntos formas de convertir la crisis en una gran oportunidad para todos.
  • Muestra compasión, apoyo y empatía. Explora e interésate en las preocupaciones individuales y del equipo; muestra empatía, legitima su sentir y ofrece ayuda –”¿puedo hacer algo por ti…?”; crea oportunidades de interacción remota para mantener la cohesión (happy hour, almuerzo o convivencia virtual); de ser posible y necesario ofrece servicios de asistencia psicológica; estimula la participación y la colaboración virtual; demuestra que los valoras manteniéndote accesible y disponible para todos por igual.
  • Ofrece claridad y dirección. Reconoce la realidad y ofrece una visión que impulse la acción propositiva del equipo; minimiza la confusión y el rumor mediante una comunicación clara, oportuna y constante sobre la situación dentro y fuera de la organización; comunica las prioridades y objetivos, e involucra al equipo en la definición de planes de acción para lograrlas; impulsa la productividad a través de sistemas como Slack, Zoom, Asana o Microsoft Teams; y muestra un liderazgo más visible que inspire fortaleza y certeza.
  • Desarrolla la capacidad del equipo. Asegura que todos cuentan con los recursos para trabajar de forma remota (hardware y software); establece con el equipo los acuerdos de desempeño (sistemas a usar, frecuencia de reuniones, canales de comunicación, medición del desempeño); asigna tareas y da seguimiento; explora con el equipo formas de aprovechar al máximo las herramientas tecnológicas; crea espacios virtuales de aprendizaje colaborativo donde se compartan mejores prácticas, aprendan juntos y desarrollen la capacidad individual y del equipo.

“Los mejores líderes son lo suficientemente humildes como para reconocer que sus victorias dependen de su gente.” –John Maxwell

El mejor liderazgo es el liderazgo más humano, aquél que pone a las personas en el centro de todo. Cuida de ti, cuida a tu gente.