El impacto positivo de conectar con el propósito en el trabajo

Por José Manuel Villalobos, Design Thinker, Facilitador & Consultor en Efectividad Organizacional | Abril, 2021

Todos deseamos ser parte de algo más grande que nosotros mismos.

Por mucho tiempo los directivos han usado su jerarquía y poder transaccional para hacer que las personas trabajen más y logren más. Hasta los 90’s esto funcionaba porque las personas se regían por una ética orientada al trabajo duro, el estatus y el dinero. Y aunque estas prácticas se siguen empleando, hoy ya no son suficientes, ni son las más efectivas cuando se trata motivar e inspirar el mejor desempeño de las personas.

¿Cuál es la razón de esto? Que la fuerza laboral en las organizaciones ha cambiado.

En su estudio global “Las carreras de los Millennials: Visión 2020”, ManpowerGroup reveló que en 2020 el 70% de la fuerza laboral en el mundo estaría conformada por las Generaciones X y Millennials, quienes más que el dinero y el estatus, valoran el balance de vida y trabajo, las relaciones, y sobre todo, el propósito.

Esto hace evidente la necesidad de repensar las formas en que motivamos e inspiramos la satisfacción y el mejor desempeño de las personas en el trabajo. Y quizás un buen punto de partida sea reconocer que todos ansiamos saber que nuestro trabajo importa, que hacemos una diferencia y contribuimos al bien común a través de él.

“La vida nunca se vuelve insoportable por las circunstancias, sino por la falta de significado y propósito.”

–Viktor Frankl

¿Y qué podemos hacer como líderes para ayudar a las personas a conectar con el significado y propósito de su trabajo?

La manera más simple y contundente es narrando historias de propósito. De hecho, un experimento realizado por Adam Grant en 2007 (The Significance of Task Significance), ilustra claramente el impacto positivo que tienen las historias sobre el desempeño y la satisfacción de las personas:

El estudio se realizó en un Call center que recaudaba fondos para una universidad. Grant dividió a los trabajadores en dos grupos y utilizó diferentes enfoques para motivarlos. A las personas que integraban el Grupo 1 les recordaba cuánto dinero ganarían y cómo eso mejoraría sus vidas, mientras que a quienes conformaban el Grupo 2, les contaba historias que les recordaban cómo su trabajo beneficiaba la vida de otras personas. Después de un mes, Grant evaluó el desempeño de los participantes y encontró que el Grupo 1 tuvo una mínima mejora en su número de donaciones promedio (9), que daba un monto de $1290 USD. Sin embargo, las personas en el Grupo 2 generaron más del doble del número de donaciones promedio (23), ascendiendo a una donación total de $3,130 USD.

Cuando los líderes, más allá del poder y la transacción, comparten con sus colaboradores historias que ilustran el impacto positivo que tiene su trabajo individual y colectivo en la vida de las personas para las que crean valor (clientes internos y externos), hacen que conecten con un propósito que despierta su corazón e inspira su mayor nivel de satisfacción, compromiso y desempeño hacia el trabajo que realizan.

 

“Contar historias se trata de conectarse con otras personas y ayudarles a ver lo que tú ves”.

–Michael Margolis

 

¿Te gustaría aprender a encontrar las historias de propósito de tu equipo, así como tus propias historias? Contáctame en el correo josemanuel@odisea.life, estaré feliz de ayudarte a descubrirlas.